miércoles, 28 de febrero de 2018

LENGUAJE FIGURADO vs. LENGUAJE LITERAL: Al pan pan y al vino vino

Porque ciertos criados del presidente de Cádiz llamaban traidores a unos reconciliados, fuéronsele a quejar, y en oír la causa respondió el presidente así, mostrando que estaba bien dicho: «no os maravilléis, amigos míos, que estos mis criados son tan torpes y rústicos de ingenio, que no saben decir sino al pan pan, y al vino vino. Id con Dios que yo los castigaré».

Juan Timoneda: Sobremesa y alivio de caminantes (1563)
Segunda parte. Cuento XII *(XLV véase comentario de "ybris")

Esta frase impele al hablante ingenuo a hablar ingenuamente, mostrando así sus cartas, en pro de una pretendida claridad. Pues el hablante avisado sabe que el lenguaje siempre va con segundas, y a veces con más de terceras, de forma que "a buen entendedor, pocas palabras basta". Por supuesto, la frase misma avisa de un uso del lenguaje no unívoco, no literal, cayendo, pues, en lo contrario de lo que ella misma predica (parece predicar).
  • Tecnicismos: Pocas palabras pueden ser tomadas "al pie de la letra", de forma que siempre se relacionen con un mismo significado. Los referentes, por su parte, rara vez tienen adjudicado un único significante. Esto sucede en el caso de los tecnicismos que, o bien son objetos, instrumentos propios de una rama tecnológica concreta, o bien son conceptos abstractos aplicados por alguna disciplina científica. Nada que ver con palabras de uso común como "pan" o "vino".
  • Metáfora, metonimia, sinécdoque: Habría que tener siempre en cuenta que el enunciado usual no brota ab nihilo ni mágicamente desde el instante situacional de la enunciación. Viene de algún texto previo, se dirige a hipotéticos textos futuros. Hagamos caso, pues, a eso de la deriva metonímica o metafórica. El significado de una palabra (significante) viene por su asociación con otras (significantes) o con sensaciones y vivencias (también significantes, otro tipo de significantes). Y esta es la base de la connotación. Los filólogos distinguen según la naturaleza de esa relación más arbitraria (metáfora) o más lógica (metonimia); pero, en realidad, psicológicamente no parece que haya mucha diferencia.
    De hecho, entre "pan" y "vino" hay una relación metonímica. Ambos están asociados por su posición en la mesa, pero también por su uso en la liturgia cristiana. Uno llama al otro por contigüidad lógica. En su función, la frase busca la sinécdoque, queriendo extender la univocidad desde un par de palabras a todas las palabras (la tan denostada "generalización"). Y, finalmente, señala con estas palabras un uso metafórico muy concreto: la transustaciación divina.
  • Eufemismos: Las palabras, inevitablemente, se cargan de emotividad. Los eufemismos, pretendiendo esquivarla, lo que consiguen es subrayar aún más el anclaje emotivo del tabú. El relato de Timoneda, nos avisa de esa necesidad de usar eufemismos, y esquivar sabiamente la referencia directa, pues, cuando se habla, no sólo se habla de algo, sino que, mucho más importante, se habla con alguien, y el éxito de la comunicación depende más de las emociones del alguien que de la claridad de las palabras o la dificultad del referente.
  • Ironía: Que la frase de marras es irónica, claro está. Y quien pretenda hacer un uso no irónico del lenguaje, claro lo lleva. Repito la ironía aquí más interesante: parece abogar la frase por un uso claro cuando en realidad es un juego retórico: "cuida tu lenguaje pero procura que quien hable contigo diga ingenua y llanamente la verdad". Si haces caso literal de la literalidad que la frase defiende, serás el interlocutor ingenuo. Si haces caso de la figura contrariamente a la literalidad que la frase defiende, serás el interlocutor cauto y avisado. Podemos deducir quién de los dos se llevará el gato al agua en la negociación.
  • Símbolo: Estas dos palabras no son dos palabras cualesquiera. Vendrán a ser el cuerpo y la sangre de Cristo. Llamar pan al pan y vino al vino viene a negar el dogma de la transustanciación. Esto, en el contexto de la Península Ibérica, en los siglos XV y XVI, con el conflicto de los conversos, da a nuestra cultura una dimensión peculiar. Por un lado, los que llaman pan al pan y se niegan a llamarlo cuerpo, son los renegados (tal vez esos "reconciliados"). ¿Cómo es posible que, después de la expulsión de los judíos, sea aquí donde tenga éxito precisamente esta expresión? Pero por otro, ya hemos dicho, esa frase es una llamada a la ingenuidad, a renunciar a la lectura avisada, a la sinceridad cristiana en lugar de la doblez tópica asociada a los judíos.
    Esto cuadra bastante con esa crítica a la losa del ingenuo catolicismo que se desarrolló en España a partir de aquellos siglos. Esto cuadra también con la base de pobreza cultural en las masas del pueblo y élites de España que tan recurrentemente critican los intelectuales desde hace trescientos año (precisamente, desde que pasaron aquellas últimas generaciones de conversos). Hipótesis: una frase como regalo de despedida, como un caballo de troya (como un virus informático que sabotearía la cultura entera). Los que sabían leer los dobleces de esa frase se fueron. Los que se quedaron son los que ya no entenderán quién "es" el que "es".
Iba un cristiano nuevo vendiendo vino y pregonándolo diciendo:
‒¡Vino! ¡Vino!
Respondióle un truhán:
‒¡Y nunca lo conocistes!
Dijo el cristiano:
‒No, sino vino en cueros.
Respondió el truhán:
‒¡Pues por eso lo azotastes!

Floreto de anécdotas y noticias curiosas que recopiló un fraile dominico residente en Sevilla a mediados del siglo XVI, ed. de Sánchez Catón, F. J., "Memorial histórico español", XLVIII, páginas 300-301.
Desde Judeoconversos y moriscos en la literatura del Siglo de Oro, actas del "Grand Séminaire" de Neuchâtel, 26 al 27 de mayo. Textos reunidos y presentados por Irene Andrés-Suárez. "Apéndice: antología de textos sobre judíos, moros y conversos", página 157.

Equivalentes en otros idiomas a la frase "al pan pan, y al vino vino", según el Instituto Cervantes. Obsérvese cómo, en cada idioma, la elección de palabras conlleva asociaciones distintas.

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2 comentarios:

  1. No tiene la menor importancia al lado de tu estupenda y razonada entrada, pero mientras disfrutaba de la lectura de los cuentos de Timoneda en
    http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000113333&page=22
    leía el que citas al principio con el número 45 de la segunda parte.
    Igual aparece en
    http://parnaseo.uv.es/Lemir/Textos/Sobremesa/Frames.html
    y en
    http://www.biblioteca-antologica.org/es/wp-content/uploads/2017/10/TIMONEDA-El-sobremesa-y-alivio-de-caminantes.pdf
    Enhorabuena por tu magnífica exposición.

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    1. Gracias a ti por enlazar las variantes. Buenas fuentes.

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