viernes, 31 de octubre de 2014

Ravel: LA AUTENTICIDAD, Concierto para piano en Sol Mayor

Podría decirse que el Concierto para piano en Sol Mayor es el testamento musical de Maurice Ravel. En sus tres movimientos se muestran claramente los pilares fundamentales de su estilo compositivo. Desde mi punto de vista, estos serían:
  • -La exposición salpicada de numerosos motivos sueltos.
  • -La exploración de matices tímbricos insospechados.
  • -Búsqueda de efectos alejados de la representación sentimental.
Si en los dos primeros movimientos encontramos al Ravel artesano, que trabaja y construye como enganchando piezas sueltas, el Ravel auténtico es el del tercer movimiento. Absolutamente libre. Reconocemos al mismo de El niño y los sortilegios. La música es un juego, un divertimento descabellado.
Muchos se han enamorado del segundo movimiento. Sin embargo a mí me suena siempre algo forzado. Desde luego es hermoso, pero me resulta inauténtico, y esa ambigüedad me incomoda. Pero también en eso veo un alarde de sinceridad en esta composición. Ravel no expresa sentimientos, es musicalmente frío y metódico, nunca emotivo. La emotividad sucede por las reglas del juego, simplemente; es el oyente quien vuelca su propia emotividad. ¡Mirad mi máquina pseudosentimental!, parece decirnos, si es que podéis separaros de vuestros propios oídos. Y después de mostrarnos su trabajo, Ravel se desnunda. 
El del tercer movimiento, ese sí es Ravel.