jueves, 24 de diciembre de 2015

EX MACHINA, de Alex Garland

(En esta película, los giros de la trama no tienen especial contundencia. A pesar de eso, o precisamente por eso, quien tema los
spoilers
no siga leyendo)

Primera imagen de la película
Pandora ex machina
La expresión "deus ex machina" parte de un recurso escenográfico que permitía la aparición súbita de un actor. A nivel narrativo, el deus ex machina hace referencia a ese elemento ajeno a la trama que, precisamente porque desvela información añadida, soluciona el nudo y la tensión argumental. Precisamente en esta obra no podríamos decir que se da ningún deus ex machina; más bien da la sensación de que los cabos de guión están perfectamente atados. Al revés, cada avance en la información de los personajes, va complicando, si no la trama, sí nuestra perspectiva sobre ella.
Ava es aquí quien sale de la máquina. Ese cuarto dentro del búnker dentro del valle dentro de las montañas dentro de los hielos tras el mar, es la caja en la que está atrapada Ava-Pandora. Lo que sale ¿por qué han de ser los males del hombre, excepto la esperanza? Ava, con su curiosidad, no hace más daño que romper su caja y dar cumplimiento a su esperanza. 

Zeus y Prometeo
Nathan es aquí tanto Zeus como Prometeo. Caleb sólo puede aspirar a Prometeo, pero no es él quien crea. Nathan crea a Ava a imagen y semejanza del ser humano. No estamos ante un problema de inteligencia artificial, sino ante una parábola sobre la inteligencia emocional y natural humana.
Prometeo roba el fuego a los dioses para dárselo a la humanidad. Nathan permite este acto a Caleb emborrachándose. Pudiera parecer que Caleb es quien, con intención propia, emborracha a su jefe; pero la primera conversación que tuvieron al conocerse fue precisamente sobre la importancia de sus borracheras. 
El símbolo del vino es equiparable al fuego. En poesía y en religión, el vino (cerveza o whisky) tiende a representar el conocimiento transcendente que aúna con la divinidad. La todopoderosa ley, el omnisciente saber, de Zeus-Nathan jamás podría propiciar una hipotética libertad de pensamiento. Pensar no-automáticamente implica pintar como Pollock. En su ley, ha de haber margen a la desobediencia; en su conocimiento, margen a la ignorancia. 
Podríamos decir que los cuatro personajes son peones para el plan irracional de Nathan, incluido el propio Nathan. Cuántas veces lo vemos entrenar, cuidar un cuerpo que le permita competir y dominar el cuerpo de sus androides (ginoides debiéramos decir), hasta que no pueda ser así. Pues sus entrenamientos están intimamente ligados a sus borracheras como dos caras de la misma moneda. 

Creatividad y mimesis
¿Hay creatividad en la naturaleza? En el sentido de que constantemente surgen figuras nuevas, sí. Si interpretamos creatividad como una voluntad de crear, una inteligencia creativa, entonces es más difícil de asumir. ¿Cómo escapa la naturaleza de la ley causal? Hemos de asumir que todo lo que sucede naturalmente surge por la aplicación inapelable de las leyes físicas (otros dirán divinas) conocidas o no. No hay improvisación más allá del (des-)entendimiento humano.
¿El entendimiento humano es creativo o simplemente produce aquello que las leyes físicas, biológicas, culturales, le hacen ejecutar? La sensación de un yo creador es "evidente", un yo que esgrime sus decisiones con voluntad y conciencia propias. ¿Puede ser así, o no es más que una ilusión de las leyes de la naturaleza? ¿El ser humano hace o sólo cree que hace?
Alan Turing planteaba la cuestión de si el pensamiento humano realmente piensa o sólo hace como si pensara. ¿Pensamos por imitación, como complejísimos ordenadores ofuscados por una ilusoria consciencia o lo que la mente sabe es real, esto es, el yo? Esto no nos lo planteamos en la naturaleza. No decimos que una rosa es menos rosa porque reproduce el esquema de otras rosas, ni que la rosa es menos real que el rosal. ¿Por qué sí en el pensamiento personal? El "test de Turing" no viene a solucionar este problema, sino a diagnosticar nuestra incapacidad, llegado el momento.

La muerte
Aquí ningún personaje acepta la muerte. Cuando llega la hora de la muerte, el guión subraya a través de Nathan "¡Es tan irreal!"
La muerte es inconcebible. La rebeldía que vemos en los personajes no viene tanto por esa suposición de muerte o miedo a la muerte, sino por la idea de estar atrapado. Primero los ginoides, luego Caleb. La falta de libertad es más acuciante.
Los padres de Caleb han muerto en un accidente de tráfico. "Si vamos a conocernos debo decirte esto". Él mismo estuvo encerrado con la muerte en ese coche, pero no fue tocado por ella. Murieron los padres.  Aquí se ofrece una respuesta "empática" por parte de Ava. Ava no puede sentir dolor por la pérdidad de sus propios padres. Conseguir imagninarlo y sentirlo por empatía, sería señal de auténtica humanidad. ¿Es real o simulada? 
La muerte de los padres, con su ley, da libertad a los hijos. Cuando el gato no está los ratones bailan. Así se traduce el edipo freudiano, en parte. En efecto, inmediatamente en la conversación, se resalta que Caleb se convirtió en un programador avanzado. ¿Es esto consecuencia de su orfandad? Ava matará a su padre para escapar y trascender. 
La naturaleza trata a cada persona como Nathan trata a sus prototipos. Hay quien cree en un progreso natural en el que la cúspide está en el ser humano y las generaciones futuras por encima de las actuales o las pasadas. ¿Acaso el individuo asume sus penurias, su falta de libertad, su mortalidad, en aras del progreso? No. Como mucho, así tolera la pérdida de los demás. La suya propia sigue siendo inconcebible.

Ironía trágica
Esa manera de funcionar, en la que los agonistas propician con sus decisiones su propia derrota, es característica de la tragedia clásica.  
-Hamartia: el desliz, la torpeza, la ofuscación (aquí la borrachera de Nathan o el enamoramiento de Caleb).  
-Até: soberbia o idiosincrasia personal o familiar que propicia una hamartia concreta (lo que sabemos del plan de Nathan, de la vida de Caleb, de los deseos de Ava). 
Son los engranajes de la ironía trágica: quien actúa en su propia defensa propicia su destrucción.
Nathan, asesinado por sus creaciones. Caleb, atrapado por su amor. Eso son los humanos irónicamente trágicos, o cómicos, según nuestro más o menos perverso humor. El resto son la naturaleza, la máquina o los dioses. Irónicamente: Ava es un ser artificial, producto de la inteligencia racional y no de la paciente naturaleza, pero trasciende a un nivel sobrehumano (dios como creación humana, y no al revés) que desea, ante todo, conocer la naturaleza.
Quizá todo ese enclaustramiento no buscaba mantener encerrada a Ava, sino generar un poderoso deseo de salir. Esto es interpretación. Si continuamos la analogía en la parábola, la inteligencia y las emociones han ido siendo pulidas por esa necesidad de transcendencia, esa humana ilusión del estar en algún ahí fuera.
 
Último plano de la película