Este es uno de los diseños más exitosos de todos los tiempos. Su simple forma, aunque ha presentado múltiples variantes, ha permanecido exactamente igual desde que empezó a fabricarse hace más de 20.000 años (que se dice pronto). En el siguiente enlace podemos encontrar un sencillo y eficaz análisis técnico del diseño de este objeto, realizado por Rodrigo Alonzo y supervisado por Gerardo Sánchez Nájera. La aguja es un símbolo perfecto del pensamiento instrumental humano: una herramienta cuya función es exclusivamente fabricar otras herramientas.
¿Y qué partido podemos sacarle a nuestro comentario? Pues, para empezar, podemos ponernos a divagar a través de sus dos componentes básicos: el lado fálico evidente, y el elemento ginoide de su agujero. Un lado que hiere y otro que cose. (Y qué difícil meter el hilo por el ojo de la aguja)
Por otro lado, no sé si a lo largo de todo este blog se me ha ido notando mi gusto por la metáfora "textual". En latín, "textum" quiere decir "tejido". Así, tiendo a usar expresiones como "hilvanar", "tejer", como sinónimos de pensar o de escribir. De hecho, en las primeras tablillas de escritura, en barro, (se supone que estudiantes o mercaderes) grababan sus cuneiformes caracteres con un punzón.
Hay una expresión recurrente en Las mil y una noches que me encanta: "una historia tan prodigiosa, que si se escribiera con una aguja en el ángulo interior de un ojo, sería motivo de reflexión para el que sabe reflexionar respetuosamente".
Otra expresión interesante es la de "dar puntadas sin hilo" (curiosamente usada mucho en política, cuando se critica las intenciones ocultas de otro): hace referencia a la posibilidad de que las palabras dichas o acciones hechas sean ingenuas, sin premeditación, sin reflexión, y sin intención. Lo contrario de esta expresión vendría a ser el "tramar" una estrategia.
Con nuestros comentarios de texto, despuntamos lo que otros han tejido, y al mismo tiempo, lo cosemos a nuestro propio tejido con nuestro texto. Es posible que las puntadas nos duelan, pero el tejido se injerta en lo que somos (un organismo de tejidos a fin de cuentas).
Y ahora, si vengo desde una serie de entradas que tratan lo irracional... ¿a cuento de qué viene hablar ahora de la aguja?
Fallos técnicos. Se ha borrado un comentario bastante largo. Intentaré escribirlo otra vez esta noche.
ResponderEliminarComo de memoria andao falto... voy a tocar los puntos que toqué antes de que el ordenador hiciese algo raro (seguramente mis manos, mejor dicho) y se cambiase de página...
ResponderEliminarEn cuanto vi el título de esta entrada, me llamó la atención y vine a investigar un poco. Los elementos de la aguja me parecen más importantes, sobretodo el agujero, que sirve para meter multitud de hilos, y hacer una maraña fantásticamente ordenada y enlazada, que finalmente da lugar a algo nuevo, compuesto de simple hilo.
No menos interesante es el símil tejer y escribir. Aunque lo veo más interesante desde el punto de vista de la acción de "pinchar".
Cuando pinchamos con una aguja, atravesamos un tejido, completamente. Cuando tras el pinchazo sigue el hilo, este rellena el agujero creado, dándole un sentido útil, enlazándolo con otro que se creará posteriormente.
Como escritor amateur y, hablando personalmente, creo que cuando se escribe se intenta rasgar esa capa que hay entre la piel y nuestros sentimientos, bien llamada "fibra sensible", bien corazón, bien mente. Es extraño pensar que el dolor de un pinchazo y el placer que produce la escritura puede estar relacionada. Pero es que, ciertamente, la escritura consiste en perforar tus ojos y adentrarse de tí, por las letras, produciendo dolor o placer, eso sí, tanto dentro del que lo lee, como por el que escribe, que se rasga por dentro, como tejiendo sin dedal.
Hablando de las entradas anteriores... he recordado una pregunta que una vez te hicieron en clase. Quizás recuerdes eso de ¿y eso lo pensaban antes de escribirlo, o les salía así?. Y quizás recuerdes también tu respuesta, que fue un gesto y otra pregunta: "¿Tú que crees?"
Pues bien, yo creo que hay parte de cada, pero que las mejores frases nacen de la inspiración, y dejar a tus dedos escribir como marionetas de un tal señor subconsciente que las dirige.
Puede que me olvide de muchas cosas, y seguro que ahora he dicho menos de lo que quisiera, pero me dió mucha rabia perder todo lo que había escrito.
Saludos!