Foto: William Goldberg, de Berenice Abbot, 1938.
Hace casi dos años utilicé esta foto como modelo de comentario de texto visual para mis alumnos de “Información y Comunicación”. Ahora, también voy a colgar aquí ese mismo modelo de comentario. El objetivo es resaltar cómo las lecturas e interpretaciones cambian (a veces radicalmente) de un lector a otro. Como yo ya no soy el mismo, mi interpretación de ahora ha cambiado.
¡Cuántas miradas distintas verán una imagen diferente en esta foto! No sólo si tenemos en cuanta a los actuales intérpretes y comentaristas. La propia foto nos cuenta cómo esta fachada es vista de una forma diferente por el fotógrafo, por los personajes, por el propio Goldber y, finalmente, por nosotros mismos. Cada uno ve su mundo.
“Los personajes de esa foto parecen habitar el infierno de su propia desidia. Maquinal muerte del alma.” Así concluía mi interpretación de entonces. Hoy, mi mirada la encuentro menos teñida de angustia, y veo en la imagen una metáfora más documental del ser: la cantidad de barullo mundano que soporta muy pocas intenciones, como una estrella en la oscuridad, como lo vivo entre la materia, como lo espiritual entre lo biológico… A pesar de lo inerte, destaco más las intenciones de esos tres personajes, intenciones ocultas de personas visibles, frente a la intención visible del Goldberg ausente. Es por tanto que ahora veo un espejo de juegos de miradas, que se cruzan en la intención y la indiferencia; tal vez porque eso es lo que voy buscando.
Todo esto viene suscitado por los comentarios realizados por mis alumnos al poema de Ángel González. Fue sorprendente comprobar cómo argumentaban lo que ante ellos parecía nítido y para mí parecía cogido por los pelos: transformar un poema de amor en una expresión del maltrato. Efectivamente hay un nexo de unión entre los dos elementos tanto en el poema, como en ellos como en la sociedad que les otorga el mundo en el que beben.
Por eso, es importante separar análisis e interpretación. Siempre debemos fundamentarnos en un trabajo lo más riguroso y objetivo posible, para poder, como Hansel y Gretel, desandar lo andado. De esta manera, otro observador, más inteligente o simplemente distinto, podrá mostrarnos una manera más acertada, o simplemente distinta, de ver las cosas. Y no será por capricho, sino que tendremos fundamentos para confiar o dudar sin caer de boca en el relativismo o el escepticismo dogmático.
Aquí os dejo el modelo de análisis de entonces.
Además, enumero otras entradas del blog donde se hace referencia a la multiplicidad de lecturas.
- Ibn Shuhayd (15 de noviembre de 2009)
- Jorge Luis Borges (6 de diciembre de 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario