domingo, 15 de noviembre de 2015

Arthur Rimbaud: H, de ILUMINACIONES

H
Toutes les monstruosités violent les gestes atroces d’Hortense. Sa solitude est la mécanique érotique ; sa lassitude, la dynamique amoureuse. Sous la surveillance d’une enfance, elle a été, à des époques nombreuses, l’ardente hygiène des races. Sa porte est ouverte à la misère. Là, la moralité des êtres actuels se décorpore en sa passion ou en son action. — Ô terrible frisson des amours novices sur le sol sanglant et par l’hydrogène clarteux ! trouvez Hortense.

Arthur Rimbaud: Ilumunaciones (1873)

Rimbaud es un reto para los fanáticos del sentido. Llaman rebeldía a su constante vulneración de la -sempiterna- relación de causalidad, tanto en su lenguaje, como en su biografía. El lenguaje explica la vida, la vida explica el lenguaje; así ha de ser. Despojados de esa función referencial, ¿cómo leer las palabras o los actos?
H es la escritura de un fantasma cuya pronunciación se ha esfumado. Así era en latín, para marcar la aspiración inicial griega; así es en francés y castellano, para marcar esas aspiraciones residuales de las bases latinas. No es solo un significante sin significado, sino el significante sin significante.
¿Por qué atribuir al sentido, a la lógica semántica, lo que pudiera ser efecto del ritmo? Con ritmo escribe la naturaleza sin querer decir nada, por más que su ecritura sea rica y evidente. H está claramente articulado por rimas y paronomasias: "solitude"-"lasitude", "mécanique-érotique-dynamique", "surveillance-enfance", "hygiène-hydrogène", "porte-ouverte", "à la m"-"Là, la m", "actuels-action", "passion"-"action"-"frisson", incluso "trouvez-atroces-Hortense".
La necesidad de adivinar la adivinanza se refuerza por el imperativo final. Para ello, hay una colección evidente de términos con "h". Algunos son explícitos: "Hortense", "hygiène", "hydrogène"; son, de hecho, las indicaciones más arbitrarias y enigmáticas.  Sus potencialidades metafóricas apuntan a significados ocultos. A su vez, o por lo anterior, los enunciados expuestos apuntan a términos velados: habit, habiter, hébéter, hécatombe, hema-hemo-homo, Historie, hiver, holocauste, honneur, hôpital, horreur, hospice, hostie, hostile, hôtel, huile, humain, humeur, humilier, hydre-hydro, hymen, hypno, hypo, hypocrite, hypothétique, hystérique... ¿Cuánto de estrictos hemos de ser en el aludir?  
Estas asociaciones no serían extrañas en una mente con facilidad para los idiomas, como se supone la de Rimbaud, competente en francés, latín y griego clásicos, inglés y más adelante árabe, etc. Los juegos de traducciones posibles, a lo Joyce, también pudieran ser una opción. Esas asociaciones absurdas de los "faux-amis" cobran sentido: gestos y gestas, ser y estío, poco y numeroso, nombre y número, suelo y sol. "Lá" ¿es ahí o ¡ay!, allá o ¡vaya!?     
Por otro lado, está la conexión lógica, que parece dar cuenta de una relación con la realidad sensible cuando sólo es equilibrio de las connotaciones semáticas. La oposición soledad/lasitud, como sístole y diástole, como longitud y latitud, pone en juego paralelo las oposiciones entre mecánica y dinámica, entre el eros y el amor. Los numerosos niños estudiosos de numerosas épocas se oponen a la época actual que la moral vigila para esta infancia; lo mismo, pero descolocado. Miseria como antítesis de lo moral. Moral balanceada entre la pasión psicológica y el acto corporal, en una lógica deconstructiva entre el presente y el pasado.
Finalmente, todos estos enunciados, construidos con unas trabazones que poco tienen que ver con la referencialidad, ofrecen sus emblemas enigmáticos. Deben tener sentido, porque intuimos las lógicas que los sustentan. Sentidos no cerrados. Sentidos enlazados vagamente. 
  • Podemos intuir el conflicto entre la persona y la máquina, cuánto de automático y cuánto de voluntad componen a Hortensia.
  • El sacrificio de la infancia como higiene de las razas, en pro de la moral. El sacrificio de las prostitutas y las brujas como auténtica higiene de las razas.
  • La historia como auténtico cuerpo del hombre; historia hecha más con palabras que con actos; hombre hecho más con pasión que con moral. 
  • La esencia de la civilización como una eufemística menstruación cultural.  
  • Y el monstruo. En conexión simétrica, los enunciados primero y último aúnan terror y belleza, violencia e iluminación, amor y muerte, naturaleza y artificio. 

He aquí Hoy esta H como Homenaje al pensamiento francés.

H
Todas las monstruosidades violan los gestos atroces de Hortensia. Su soledad es la mecánica erótica; su lasitud, la dinámica amorosa. Bajo la vigilancia de una infancia, ha sido en épocas numerosas, la ardiente higiene de las razas. Su puerta está abierta a la miseria. Allí, la moralidad de los seres actuales se descorporiza en su pasión o en su acción. ¡Oh, terrible escalofrío de los amores novicios sobre el suelo ensangrentado y por el hidrógeno brillante! –encontrad a Hortensia.

Arthur Rimbaud: Ilumunaciones (1873)

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