sábado, 10 de septiembre de 2011

KEREN ANN: Strange Weather



KEREN ANN: "Strange Weather", de su disco 101.

Lo admito: me encantan estas estructuras musicales de largos crescendos, tanto por la agregación de timbres como en la subida de intensidad. Y lo admito también: tiendo a encancharme de aquellas piezas que tienen un punto de tristeza. Pero no es solo triste, percibo también cómo suena la firmeza, la esperanza, el deseo de levantar una realidad. Claro, no puedo obviar los fúnebres ritmos del piano, el obstinado golpe de platillos, la seca y melancólica voz de Keren Ann, el divagar de las cuerdas... pero aún así, veo brillar en el conjunto una resolución cargada de optimismo. Quién sabe si es por eso que he esperado hasta Septiembre, y su arrebatador querer, para hablar de ella.
Para colmo, hacía mucho tiempo, si no es la primera vez, que una traducción imprecisa me hace concebir más posibilidades que en cualquiera de las opciones resueltas. Tal vez sea porque el inglés tampoco es la lengua materna de Keren Ann; seguramente será por mi profunda ignorancia; pero, precisamente es eso, esta incompleta ignorancia me está permitiendo multiplicar mis lecturas. Traducir siempre es fascinante. Aquí no parece que nada se pierda en la traducción, sino que una y otra vez, con cada acercamiento nos hace ganar.
Y ahora, algunas impresiones, cazadas al vuelo de esta extraña atmósfera:
  • Don’t make believe: Esta fue la primera expresión que me atrapó. La recibí literalmente: "no me hagas creer". En ese momento, con esa fuerza musical, el empuje del ritmo y los acordes, estaba cargado de ironía. Quien decía eso parecía estar realmente deseando creer, aún a sabiendas de que creer es doloroso, y de que sólo se puede por intervención del Otro. Algo así como "aparta de mí este cáliz", sabiendo y admitiendo que realmente ese es su destino.
    Sin embargo, esta expresión inglesa parece equivaler al español "no finjas". Sería todo lo contrario. El otro estaría en una posición alejada, intentando engañarnos (hacernos creer lo que no es). También hay algo de ironía en la expresión: algo así como "no intentes fingir cuando es evidente".
    En la primera lectura hay una posición de entrega a la verdad. En la segunda, da más una sensación de clarividencia, de despertar de un error; lo que parece más acorde con el resto del texto. Pero no me importa, me seguiré quedando con mi sensación primera: "Hazme creer (aunque te pida lo contrario)".
  • Carving silver: ¿No es un enigma esta expresión? ¿A qué se refiere, cómo la traducimos? Sugiere, tal vez, el fino y fugaz trazado de un rayo en la oscuridad de la noche. Pero el cielo es azul; entonces es el brillo que escapa de las lágrimas a través de los ojos desde un fondo oscuro de tristeza. O es la imagen de la voz que, a través de la puerta, escapa del silencio. O es lo que se ve de los escondidos sueños. En ese sentido, no puedo sino imaginar la caligrafía de unas letras blancas sobre fondo negro (igual que están escritas las estrellas en la más limpia de las noches). ¿Qué más puede sugerir ese grabado de plata sobre materia oscura? En cualquier caso, ¿no es una imagen genial? 
  • We’ll make a home: Toda esta estrofa es magnífica. La construcción de una vida. No es pasar por la vida, no es afrontar los avatares de los sucesos; sino ir en su búsqueda, compartirla, levantarla en común. La secuencia es muy interesante: hombre, hogar, viaje, profundidad, fronteras, sueños escondidos, corazones rotos y keep (de matices muy difíciles de traducir, y que me gusta más en su original que en cualquiera de sus traducciones: yo lo asumo como "mantener, hacer sobrevivir, con perseverancia y fidelidad"). Es como si la única manera de vivir verdaderamente sea construir una vida que nos permita bajar a los cimientos de nuestros sentimientos, puestos en común con el otro.
  • In a small room, on a naked floor, with the blinded heart of black matter: A cualquier otro seguramente no, pero a mí esta imagen me evoca la situación del cerebro. Lo que somos es lo que se teje en esa habitación blindada que es nuestro cráneo. No tiene conexión real con nada de fuera, sino intermitentes destellos de química y electricidad que puntúan el tiempo (¿no es eso la música?). A partir de esa puntuación, el cerebro levanta un código con el que construye al propio sujeto y su paisaje y sus sentimientos. Realmente somos eso: inquilinos de una habitación desnuda blindada, y todos los sucesos y toda esa meteorología que situamos dentro o fuera de la habitación no son más que puntadas en el código (¿será ese el misterioso Carving silver?). Sea lo que sea, lo creamos, lo creemos, es una construcción.
  • She’ll take you back: Y el amor.
Y ahora, tres maneras de leer a Keren Ann:
  1. Impecable presentación de Zezé en Indie Hoy.
  2. Personal acercamiento de Roberto Doveris en Super45.
  3. Un paseo algo más detenido por 101 de la mano de Mocker en El ático del Rock.

No hay comentarios:

Publicar un comentario