domingo, 19 de diciembre de 2010

Antonio Machado: SUEÑOS

LXII

Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
Desperté. ¿ Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.
...¡El limonar florido,
el cipresal del huerto
el prado verde, el sol, el agua, el iris!...
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.

Soledades, Galerías y otros poemas, "Galerías" (1907-1919)

Voy a seguir resistiéndome a comentar a los nombres canónicos del temario de Secundaria; pero tarde o temprano tienen que llegar.

Dije que iba a hablar del sueño. En realidad, llevo todo el otoño (y si no, siempre) moviéndome entre las brumas de lo irreal. Y, claro, no es que vaya a hablar yo, sino que recordaré tantos que han hablado de los sueños, y nombraré sólo unos cuantos. La vida es sueño; ¿pero qué hacemos con esta idea? (aparte de tirarnos un mesecito o dos analizando a Calderón).

Claro, y antes de nada, hay que acabar leyendo a Freud: "El sueño es una realización de deseos". ¿Cuáles son nuestros verdaderos deseos? ¿Y qué digo yo cuando digo "realización"?

En cuanto al poema de Machado. ¿Dónde está el sueño? Ese paisaje irreal es el sueño o la mirada del despertar. O un recuerdo. El huerto de ese recuerdo ya lo hemos comentado otras veces: el huerto del goce, del deseo y de la muerte (por mucho que luzca el sol entre el cipresal de Machado).
Sabemos que en Machado, la pompa de jabón alude al mundo, a lo vivido: frágil, irisado y transparente. Nuestra vida es un surtido de burbujas que se rompen (Oliver Stone, en su última película -Wall Stret- nombra las burbujas económicas, las burbujas evolutivas, las burbujas morales, las burbujas de los sentimientos...): mundos que se construyen y crecen mientras pueden, hasta que rompen cuando sus propias estructuras llegan a un límite. Eso son nuestros sueños, irrealidades que se generan, atan cabos, hasta que alcanzan su propio límite y se vuelven insoportables, y entonces despertamos.

Cuántas veces hemos pensado que la vida y el mundo era así, y nos hemos resistido y hemos aguantado lo máximo posible... hasta que la ilusión se derrumba por completo: el mundo no es como pensábamos. ¡Cuántos despertares nos aguardan!
Despierto de un mundo imposible para vivir en un mundo de ilusiones del que también habré de despertar, hasta que llegue la hora de estar despierto para siempre.
.

2 comentarios:

  1. Creo que si algo nos enseña toda (o, bueno, gran parte de) la literatura es que es verdad que toda la vida es sueño, o sea,construcción mental a partir de percepciones y recuerdos. La vida y todas sus cosas. Los sentimientos. Los recuerdos. Las ilusiones. Hasta la ciencia y el conocimiento. O sea, que si existe un "no-soñar", no lo conocemos.

    Por eso quizás sea una cuestión de semántica. De que "sueño" tiene tantos significados que nos hacemos un lío y perdemos nuestro maravilloso sentido de la irrealidad, como decía García Márquez.

    Vivimos atrapados en un sueño. O sea, como bien dices, simplemente, vivimos. Todavía...

    Un saludo

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  2. No puedo comentar tu entrada sin hacer alusión a las casualidades.

    Casualidad o no, ayer (como tantos otros días) me paré a leer el poema que había en una de las ventanas de un bus y era éste mismo fragmento. Casualidad o no, ayer (como tantos otros dias) yo también escribí de mi particular visión de los sueños. Y casualidad o no, hoy (como casi nunca) he podido recordar un sueño.

    Pero, anecdóticamente, ha ocurrido algo extraño, quizás por la "no costumbre" que tengo de recordar lo que sueño, y es que al sonar el despertador, yo estaba totalmente seguro de que eso era parte del sueño, y como consecuencia... no he desayunado.

    Bromas aparte. ¿Cómo distinguir realmente el "sueño" del "no sueño"? Porque si algo es cierto, es el propio sueño. Creo recordar por parte de alguien, que no hay certeza más absoluta de que yo existo, que en el sueño, donde tu subsconciente es capaz de "hablar" por ti, y contigo. Aunque creo que no siempre nos habla de nuestros deseos, o ¿es que el miedo es un deseo?, porque si hay cosas que si recuerdo, es ese despertar repentino visto en Origen.

    Que extraña sensación ¿verdad? Caerte en un sueño, sin conocer realmente la sensación de caerte al vacío. La sensación de perder "la consciencia del subsconsciente" para ganar "la consciencia de... ¿uno mismo?".

    Pese al papel del recuerdo, ¿Cómo distinguir los "mundos"?, si podemos recordar tanto uno como otro, ¿Cómo imponer la consciencia de lo "real" frente a lo "irreal"?

    Me viene a la cabeza la acción de cerrarle los ojos a los difuntos. "Descansa en paz"
    Si el sueño es la realizacion de los deseos, también se puede soñar despierto, pero, ¿Cómo saber si estoy despierto?

    Muchas preguntas.
    Quizás por eso me siga "entrando" el sueño cada noche, y yo lo acompañe despierto hasta que me convence.

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