domingo, 29 de noviembre de 2009

Shakespeare: Soneto CXLVII

My love is as a fever, longing still
For that which longer nurseth the disease,
Feeding on that which doth preserve the ill,
The uncertain sickly appetite to please.

My reason, the physician to my love,
Angry that his prescriptions are not kept,
Hath left me, and I desperate now approve
Desire is death, which physic did except.

Past cure I am, now reason is past care,
And frantic-mad with evermore unrest;
My thoughts and my discourse as madmen's are,
At random from the truth vainly express'd;

For I have sworn thee fair and thought thee bright,
Who art as black as hell, as dark as night.


De alguna manera, con esta joya monumental del gran maestro inglés, engarzamos varios de los temas que hemos venido arrastrando hasta aquí desde que comenzó el curso. En este poema vemos ilustrado lo que Platón describía en cuanto al exceso de leyes “insanas”. También vuelve aquí la idea de Paul Auster de que el ser humano se alimenta de ideas, de historias, (en este poema, de sus propias pasiones). El enredo del Laocoonte en su deseo, en su placer, en su muerte, se ve aquí enredado en un desengaño que no nos puede dejar de recordar a Catulo y Lesbia, a Cavaradosi y Tosca. La luz y la oscuridad, también juegan aquí y nos recuerdad que lo que creemos real es falso, pero que incluso las mentiras proceden de la Verdad, como el fuego de Shuhayd o la Fantasía de Ende.
Realmente, no lo iba buscando. Shakespeare surgió con su verso rotundo, anudando ideas. Dando lecciones. A pesar de que aparentemente trata un desamor típico de la poesía, no noto en Shakespeare el tono de queja de la mayoría de los poetas. Hay en él siempre como un análisis, como una ironía que desborda el sujeto lírico. Pone un cebo al hombre apasionado para que comprenda, fría y racionalmente, su pasión. Sí, como un barroco desafía las apariencias, pero sus palabras no son las de un descreído. Es un Maestro.
Aporto una traducción lo más literal que he podido, porque la mayoría de las traducciones que he visto se empeñan en el endecasílabo. Son adaptaciones, versiones libres. Lo mejor, por supuesto, es atender al original y sus matices; quien pueda será un auténtico privilegiado.
Apunto aquí una página que se dedica a glosar las referencias y alusiones que va haciendo el poema.
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Mi amor es una fiebre, que se mantiene incesante
Prolongando con cuidados su dolencia,
Nutriéndose de aquello que preserva su enfermedad,
El dudoso apetito nauseabundo del placer.

Mi razón, el médico de mi amor,
Furioso porque no sigo sus prescripciones,
Me ha abandonado, y desesperado ahora lo compruebo:
Deseo es muerte, que el médico apartó.

Ausente de cura estoy, cuando la razón está ausente,
Y una frenética locura me ha quedado para siempre;
Mis pensamientos y mi discurso son como los de un loco,
Al azar desde la verdad vanamente expresados;

Pues juré que eras clara y te creía brillante,
Cuando eres negra como el infierno, oscura como la noche.

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