domingo, 24 de octubre de 2010

FRACTALES

“Una rosa es una rosa es una rosa.”
Gertrude Stein

tal vez en asociación con el Conjunto de Julia.

El pasado jueves, 14 de Octubre, murió Benoit Mandelbrot, el padre del concepto de los fractales. No es casualidad que precisamente ahora, cuando quiero buscar lo irracional para las entradas de este blog, pase esto. No es casualidad, es simplemente que el devenir es fractal.

El descubrimiento de los fractales, con toda su belleza (y la belleza es algo importante cuando se tiene veinte años), con toda su misteriosa eficacia, me iluminó. ¡Cómo no enamorarse de esa conjunción de lo finito y lo infinito, lo mensurable y lo inmedible, la armonía entre el detalle y el todo. Mi pensamiento se volvió un pensamiento fractal, que aplicaba los fractales por todas partes.

A lo largo del blog nos hemos acercado alguna vez a una manera fractal de ver el mundo. Por ejemplo, cuando comentamos La Biblioteca de Babel de Borges; también cuando trabajamos las isotopías, cruzándose sobre un texto de geología; o el análisis de la estructura “núcleo + complementos” propia del Laocoonte.

En cuanto a este último concepto, podemos ponerlo como ejemplo de un detalle fractal que encontramos por todas partes, estructurándolo casi todo. En el lenguaje por supuesto (vocales y consonantes, lexemas y morfemas, ideas y desarrollos). En la física es evidente (núcleos atómicos, núcleos estelares y satélites, centros y brazos de galaxias). En la biología (el núcleo de la célula y los corpúsculos, el corazón y las arterias, el cerebro y los nervios). En lo social (el macho alfa, el rey, el sacerdote, el arconte y sus subordinados). En lo artístico (las grandes obras y los géneros). Y quien sepa más sabrá más casos.

En cuanto a esto, tuve hace poco una conversación interesante. Me hizo caer en la cuenta de que el universo en su conjunto (como se entiende hoy día, con su forma de esponja, de largos pasillos de galaxias y enormes huecos de vacío) no parecía responder a la forma núcleo complemento, que tano se repetía a otros niveles. Pero resulta que el “todo” es realmente como un “negativo” de sus partes. Fijaos: si en una galaxia cambiáramos las estrellas por huecos, y el vacío por granos de materia, sí que tendríamos entonces esa estructura de esponja. Es la esponja de Menger - Sierpinski; como en el fractal del triángulo autorreplicado (muy pitagórico, por cierto), donde sí vemos evidente esa conjunción "núcleo + complemento", pero vuelta al vacío; igual que en los dibujos de Escher. Y si supiéramos entender por qué conseguimos “pesar” todo ese vacío, tal vez entendiéramos eso de la materia oscura.

Y ahora, una vez más una lista de páginas, de entre todas las aproximadamente 1.880.000 que conoce Google nombrando los fractales. También esto de las citas es una estructura fractal: las páginas que cito citan a su vez a otras, y link tras link creamos otro universo enredado de recursividad. Además, algunas páginas suponen el origen de las imágenes que he colocado en la entrada.

  1. Lo simple, lo complejo y lo complicado; en La naturaleza del software.
  2. Sequences 7-10, en YouTube.
  3. ¿No existió el Big-Bang?; desde Chajarí Digital.
  4. Escher, el arte de lo imposible; en Coscorrón de Razón.
  5. El todo contenido en una parte; en UPAYA, "una paradoja aquí y ahora".




Esta imagen está tomada de
HimalayaCrafts.com

2 comentarios:

  1. El gran misterio, el vacío y sus indeterminaciones cuánticas....

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  2. En el Museo de las Ciencias de Granada hay un espacio dedicado a Escher.

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