domingo, 11 de mayo de 2014

La transformación de la materia. EL RAPTO DE PROSERPINA de Bernini

Bernini: El rapto de Proserpina, 1622

Divaguemos un rato.
Esta semana se ha divulgado la noticia de que ha fructificado una síntesis artificial de adn con un tercer par de enlaces. No es sólo una síntesis artificial de materia biológica, sino la configuración de una estructura biológica nueva. 
Semanas antes apareció por twitter esta imagen. Difícilmente podemos reconocer el mármol, y desconectar nuestros ojos de la deliciosa blandura de un cuerpo humano palpado con toda la firmeza del goce.
Los antiguos se preguntaban por la sustancia. Los primeros "físicos" griegos discutían sobre un arjé unitario. Con poco que nos detengamos a observar, toda esa riqueza de texturas de que dan cuenta nuestros sentidos se desvanece como un hálito entre los vientos que circundan la tierra. "Lágrimas en la lluvia" citaba el replicante, efímero superhumano construido con no sé qué pasta.
El arte transforma la materia. Miguel Ángel liberaba del mármol la forma secreta que escondía. La forma. ¿Y si sólo hubiera formas? Y si la materia fuera realmente una ilusión, como nos intentaban hacer creer los personajes de Platón. Pero la forma requiere un sujeto observador, y el sujeto, compuesto sólo de forma, sólo existiría en la medida en la que es observado, en un borgiano juego de espejos.
Observemos esta obra magistral de Bernini. No conozco una figura que cambie más según sea su perspectiva. Es toda una colección de composiciones e interpretaciones según sea el punto de vista. Desde el orgullo imperioso de Hades avanzando, hasta la fuerte resistencia de la doncella. Pero también la sesualidad y el abrazo. Y una mujer que parece estar presa o parece flotar evanescente. Todo en el mismo volumen. Una obra en la que cada detalle es una obra distinta y hasta contradictoria. ¿Me deja incluso ver la estructura elicoidal con la que cerrar elegantemente mi comentario? Bernini, muchos siglos después del mito, algunos siglos antes de la ingeniería genética, esculpe su metáfora.
Y para colmo, yo no he tenido ocasión de ver in situ esta escultura. Lo que sé lo sé por los libros, por internet. Ese mármol que parece carne es en realidad un plasma que parece mármol. La materia en la era de la reproductibilidad técnica. Lo mismo que tú, tienes esto de mi materia: letras de sombra sobre una pantalla de luz en quién sabe qué soporte informático. La huella de mis dedos pulsando el teclado de tu cuerpo.



2 comentarios:

  1. Abraham le aviso que su marmolado blog bien merece el epiteto de 'ciudad eterna', como aquella urbe que posibilitó que el Occidente mamara la cultura greco-latina-cristiana...

    Veo que es muy ducho para el juego de los espejos y enigmas, ay estos poetas ciegos... sí que sabían leer las formas: https://www.youtube.com/watch?v=lRpEqqLFHlg

    Sacar lo que sobra, para que emerja nítida y diáfana la estatua-forma interior ...¡qué desafío! Sin embargo el mármol -como nosotros- también padece cada cincelada... como aquel verso de Virgilio, ¿recuerda? Sunt lacrimae rerum...

    Me genera no pocos interrogantes esta ¿realidad? virtual, que pone en entredicho el principio de no contradicción, estamos presentes de algún modo, pero no lo estamos de otro. El espacio y el tiempo eclosionan a través de la luz y la sombra del plasma... Sin embargo, ¿hasta que punto se puede generar un vínculo si se carece de la experiencia del Hic et nunc? toda una punta de ovillo para los estudiosos de la sociología. Contemplar in situ esa formidable escultura, es una experiencia irremplazable. El conocer, el leer por dentro, y todos los sentidos se hallan condicionados en los libros y más aun en este mar poco profundo de la web...
    Evidentemente a mi me genera muchas contradicciones este medio, a veces lo amo y otras veces lo odio, he conocido a muchas personas que me han hecho pensar, y otras que me han hecho perder el tiempo, como en la vida misma. Pero pocas han perdurado en el abanico de mis afectos, esto es el devenir mismo hecho carne, o ¿no? Es un misterio. Atroz. Ay.

    La Reina de los Jardines

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  2. errata: epíteto. La vista previa no permite la corrección...sorry. :)

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